La Meta y Los “Cuellos de Botella”

En el año 1987 en su libro bet seller “La Meta” su autor E. Goldratt, describe en forma brillante aspectos relacionados con la problemática de producción de muchas empresas industriales. Y lo escribe, de forma novelada, recogiendo las experiencias recogidas durante su trabajo en una empresa manufacturera.

Concluye que la meta de una organización empresarial es “GANAR DINERO” y que cada actividad dentro de la empresa debe estar orientada siempre a alcanzar dicha meta. Agrego que la consecución de esta meta beneficiará a todos los miembros de la organización.

Indudablemente que tal afirmación es inobjetable siempre que, y así lo dice el autor, se produzcan bienes de calidad y a plena satisfacción de los clientes (lo que incluye el precio justo).

De acuerdo a los parámetros clásicos de administración de empresas, la Meta mencionada, a pesar de ser tan obvia, es pasada por alto día a día por los Actores de las empresas debido a que frecuentemente nos es difícil despojarnos de ciertas costumbres y paradigmas que dominan nuestro diario quehacer.

El relato, hace reflexionar al lector sobre cómo los “cuellos de botella” son extremadamente peligrosos para la vida de las empresas y cómo, si estos no son administrados convenientemente, destruyen los esfuerzos de alcanzar la Meta (ganar dinero).

Al final del libro, incluye un aspecto interesante que muchos gerentes olvidamos: Los productos no se venden solos, se requiere constantemente el empuje de todos los Actores, desde todos los ángulos en los que se incluyen: los Actores de elaborar la Ingeniería, los Actores de la Producción, los de Control de Calidad, los de la Logística y naturalmente los de el Área Comercial, y además y muy importante los Actores de las áreas de Control como es el caso de la Administración y Contabilidad. Para estos últimos Actores les dedica un párrafo: Afirma que los datos de contabilidad deben de dejar de ser genéricos y deben ser fiel reflejo de la actividad propia de la empresa. Agrego, el papel que juegan los directores sea tal vez es más importante de todos.

Según Goldratt, los cuellos de botella se pueden mover. Y es así, pues dependiendo del negocio que se procese, estos cuellos pueden aparecer en cualquiera de las áreas de la empresa.

Sin embargo, al autor de La Meta, se refiere a los cuellos de botella físicos, de la maquinaria y humanos como podrían ser: Un jefe de producción desidioso, un comprador lento, un operario descuidado, un vendedor distraído (que sería el cuello de botella de ingreso de los negocios), etc, etc, son en mi concepto cuellos de botella más perniciosos que los cuello de botella físicos.

Qué hacer entonces?: pues revisar permanentemente cada una de los elementos que componen nuestro sistema productivo y de recursos humanos, tal vez eliminándolos o ampliando su capacidad pero sin crear capacidad sobre dimensionada o, finalmente, ¿modificando radicalmente los métodos? “Si quieres tener resultados diferentes no sigas haciendo lo mismo” (Einstein).

Las empresas se especializan, procesan mejor unos negocios que otros. Es por eso que, para enfrentar los cuellos de botella, es necesaria la estandarización, que como sabemos es práctica de las grandes organizaciones.

Ahora estamos en el 2023 y desde la publicación de la mencionada obra han transcurrido 35 años durante los cuales el desarrollo tecnológico ha sido exponencial. Si bien en la década de los 80s en los países desarrollados ya se practicaban algunas técnicas de automatización hoy se cuenta con procedimientos que reemplazan en muchos casos la intervención humana en la producción así como de plataformas digitales para el control tanto productivo como contable, financiero y de marketing. Dados estos avances los cuellos de botella han subido de categoría, es decir la atención ahora debe orientarse al perfeccionamiento y a la adecuada aplicaciónde dichas plataformas. Así por ejemplo, un escaso uso de estas nuevas posibilidades que nos ofrecen las redes sociales serían cuellos de botella para la conexión con los usuales y potenciales clientes y por tanto la optimización de las ventas.

En los casos de la producción de máquinas para la distribución eléctrica como aparatos de corte y seccionamiento, transformadores de medición, de distribución y de potencia, etc. Estos productos ahora vienen dotados de elementos para su autoprotección y el control a distancia y puede afirmarse que son inteligentes los cuales son requeridos y cada vez son más exigentes por la mayoría de las empresas de distribución para una eficaz continuidad de servicio. No alinearse con estas tecnologías también sería un cuello de botella si queremos hacer crecer nuestro mercado e internacionalizar nuestros productos. Y este cuello de botella podría residir en todos los niveles de las empresas incluyendo a los Directorios y gerentes, tal vez en ambas entidades por resistirse a los cambios que los tiempos lo demandan, sea por edad, por falta de preparación o por ignorancia.

Las imágenes que acompañan este artículo son el producto del ingenio de nuestros técnicos e ingenieros de las empresas E, F y C quienes están día a día actualizando los diseños y creando nuevos productos con el propósito no solo de su aplicación práctica sino para satisfacer objetivos. Es decir, en el caso de cada uno de estos productos, más allá del fondo visible, debemos apuntar a aquellos que serían otros, tal vez subjetivos, pero finalmente como aquellos que incrementan la seguridad de servicio, seguridad para el personal de operación, reducción de costos de operación, cuidado del medio ambiente, etc.