EL MÉTODO SEFACE: HERRAMIENTA DE SÍNTESIS PARA UNA GESTIÓN SIMPLE Y OBJETIVA DE ACTIVOS VIALES

El método del SEFACE (acrónimo de SErviciabilidad, FAlla y Condición Estructural), desarrollado para la gestión de activos viales, es un procedimiento inédito en la literatura internacional y, hasta donde alcanza el conocimiento del autor, único en el mundo en el ámbito de la gestión de los elementos de la red vial, que permite integrar en un solo operador numérico los tres aspectos fundamentales que manifiestan la evolución del deterioro: funcional, superficial y estructural. Esta afirmación se sustenta, entre otros antecedentes, en la constatación directa del autor durante la realización de un curso internacional sobre gestión de activos viales organizado por la Asociación Mundial de la Carretera (PIARC) en el año 2024.
El método SEFACE se basa en el empleo de un indicador global codificado con tres dígitos que representa la condición integral de un segmento del activo. Cada dígito del código SEFACE corresponde a un índice individual y adopta valores enteros entre 1 y 3, definidos en función del grado de cumplimiento de niveles de servicio previamente establecidos: el valor 3 representa una condición que cumple el nivel de servicio; el valor 2 corresponde a una condición intermedia o de advertencia, cercana al umbral; y el valor 1 indica incumplimiento del nivel de servicio. Estos valores se asignan a partir de rangos cuantitativos de parámetros de ingeniería.
El método SEFACE asume que el deterioro de un activo vial nunca es cero; está presente desde el primer día (índice 3) y, de manera natural, tiende a incrementarse con el tiempo (índice 2) hasta alcanzar límites que dejan de ser admisibles (índice 1). En este contexto, un valor igual a 3 no representa una condición perfecta ni la ausencia de daño, sino que indica que el activo se encuentra dentro de un intervalo de servicio aceptable; los valores 2 y 1 corresponden, respectivamente, a zonas de advertencia y de incumplimiento. El propósito de las políticas de conservación no es, por tanto, “devolver” el activo a un estado idealizado de 100 %, sino reconducirlo al intervalo asociado al índice 3 y mantenerlo dentro de él durante el mayor tiempo posible, en coherencia con los niveles de servicio definidos.
Para el caso de gestión de pavimentos, el índice SE (Serviciabilidad) representa la condición funcional del pavimento definida a través del índice de serviciabilidad presente (PSI), el cual se obtiene por correlación con el Índice Internacional de Rugosidad (IRI). El índice FA (Falla) representa la condición superficial, a partir de la identificación, clasificación y ponderación de las fallas visibles del pavimento, mediante el método del Pavement Condition Index (PCI). El índice CE (Condición Estructural) representa la capacidad estructural del pavimento frente al periodo de servicio considerado (ESAL’s), a partir de ensayos de deflexiones y de la relación entre el Número Estructural Efectivo (SNₑff) y el Número Estructural Requerido (SNreq).
El resultado es un indicador global de condición del pavimento compuesto por 3 valores (por ejemplo: 3–3–3; 2–3–1; 1–2–2), cada uno de los cuales corresponde a uno de los índices individuales que lo componen. Este indicador global sintetiza en una sola expresión la situación funcional, física y estructural del pavimento y sirve como base directa tanto para la selección de intervenciones de mantenimiento o rehabilitación, la oportunidad y programación del mantenimiento, como para el seguimiento de la evolución del deterioro del pavimento en el tiempo y el cumplimiento de los niveles de servicio.
En las aplicaciones prácticas, se utiliza una matriz de decisión basada en el Índice SEFACE para asociar las diversas combinaciones de este código con estrategias típicas de mantenimiento o rehabilitación. En el caso de pavimentos flexibles, la Figura 1 ilustra un ejemplo de esta matriz de decisión. Cada fila combina los tres componentes del SEFACE con una familia recomendada de acciones de mantenimiento, por ejemplo: SEFACE = [3–3–3] → verificación de macro y microtextura; SEFACE = [2–3–3] o [1–3–3] → recapeo; SEFACE = [1–3–1] → reciclado profundo + recapeo; y así sucesivamente.
Para facilitar la lectura operativa, esta matriz suele presentarse con un esquema de colores tipo semáforo: verde para los valores 3, amarillo para los valores 2 y rojo para los valores 1. En la Figura 1, este esquema se aplica a las columnas de los componentes del SEFACE, mientras que la columna “Tipo de mantenimiento” se resalta con un fondo beige neutro. Esta codificación visual cumple dos propósitos: a nivel de tramo, dirige de inmediato la atención hacia cualquier componente con valor 1, señalando las secciones que requieren intervención urgente; a nivel de red, cuando numerosos tramos o segmentos de mapa muestran valores en rojo que persisten en el tiempo, pone en evidencia patrones indicativos de una gestión deficiente, haciendo explícito dónde las malas decisiones han permitido que los activos caigan por debajo del nivel de servicio acordado.
Aunque el SEFACE se formuló originalmente para la evaluación de pavimentos, muy rápidamente se comprendió que su estructura conceptual no se limitaba a este tipo específico de activo, sino que podía extenderse a todos los activos viales. Ello se debe a que cualquier elemento de la infraestructura —pavimentos, puentes, obras de drenaje, muros de contención, señalización, defensas ribereñas, entre otros— manifiesta su deterioro en tres niveles equivalentes: un nivel funcional, relacionado con la capacidad del activo para prestar el servicio para el cual fue diseñado; un nivel de falla física o superficial, asociado a los daños visibles o pérdidas de integridad material; y un nivel estructural o resistente, vinculado a su capacidad portante o de soporte frente a las solicitaciones de servicio. Al definir para cada tipo de activo indicadores específicos que representen estos tres niveles y asignarles valores 1, 2 o 3 en función del cumplimiento de sus respectivos niveles de servicio, el SEFACE se configura no solo como un indicador global aplicable a pavimentos, sino como la base de un sistema unificado de niveles de servicio para la gestión integral de los activos de una red vial.
A pesar de la amplia evolución de los sistemas de gestión de activos viales a nivel internacional, no se dispone de metodologías que unifiquen explícitamente, en un solo esquema operativo, los tres aspectos fundamentales de su desempeño. En la práctica, estos aspectos suelen evaluarse mediante indicadores separados, lo que fragmenta el análisis y dificulta el tratamiento conjunto de grandes volúmenes de información generados en los estudios de redes viales extensas. El SEFACE nace precisamente con el propósito de superar esta limitación, y también para simplificar y robustecer el procesamiento de grandes bases de datos provenientes de campañas de evaluación a nivel de red, permitiendo la sistematización y computarización de los procesos de diagnóstico y creando un lenguaje común entre especialistas, gestores y tomadores de decisiones.
Es así como, en el año 2005, la empresa CAMINEROS S.A.C. desarrolló y aplicó por primera vez el método SEFACE en el estudio “Diseño de los Programas de Rehabilitación, Mejoramiento y Mantenimiento y Actualización del Presupuesto del Corredor Vial Amazonas Centro”, elaborado para el proceso de concesión del mantenimiento de una red de aproximadamente 900 km en el Perú, bajo contrato con la empresa americana CHEMONICS INTERNATIONAL INC., con financiamiento de USAID administrado por PNUD y la participación de PROVIAS Nacional y PROINVERSIÓN. El proyecto se llevó a cabo bajo el liderazgo del autor, quien se desempeñó simultáneamente como Project Manager del contrato y como Experto en Evaluación de Pavimentos, siendo responsable directo del diseño y aplicación de la metodología SEFACE.
En ese contexto, el SEFACE se consolidó como la herramienta central para organizar, interpretar y convertir en decisiones de mantenimiento y rehabilitación la vasta información funcional, superficial y estructural obtenida en campo. Para tal fin, el estudio contó con la participación de un grupo internacional de especialistas y con la asesoría técnica de alto nivel de la empresa YONA – Engineering Consulting & Management Ltd. de Israel, entre cuyos expertos destacó la presencia del Dr. Mario S. Hoffman, reconocido a nivel mundial, quien participó directamente en la planificación del trabajo y en reuniones con funcionarios del Ministerio de Transportes y Comunicaciones del Perú (MTC) y de la empresa CHEMONICS INTERNATIONAL INC.
La solidez técnica y metodológica del estudio —incluida la aplicación del método SEFACE— quedó respaldada institucionalmente mediante la Resolución Directoral N° 3849-2006- MTC/20, de fecha 12 de diciembre de 2006, emitida por PROVIAS Nacional del Ministerio de Transportes y Comunicaciones del Perú, que aprobó el Informe Final del “Diseño de los Programas de Rehabilitación, Mejoramiento y Mantenimiento y Actualización del Presupuesto del Corredor Vial Amazonas Centro” elaborado por CAMINEROS S.A.C. y dispuso la custodia de sus originales en el Archivo Central de PROVIAS Nacional. De este modo, queda documentado de manera formal el contexto técnico, contractual e institucional en el que se originó y aplicó por primera vez el método SEFACE.
En el lapso transcurrido, el método SEFACE ha sido expuesto por su autor en diversos foros de Latinoamérica, e igualmente ha sido empleado en numerosos proyectos de primer nivel en la región, habiendo sido también objeto de estudio y análisis en textos académicos y trabajos de estudios de posgrado. En la práctica, el método “se recomienda solo”: su simplicidad y objetividad cautivan a los especialistas, y su implementación es inmediata, ya que puede realizarse empleando datos provenientes de ensayos que se ejecutan de manera rutinaria en prácticamente todas las redes viales del mundo, para la evaluación de diversos niveles de servicio.
